Introducción
Estudiar el pasado nos puede ayudar a comprender el presente e intentar deducir el futuro. Si nos queremos dedicar a la inversión en bolsa, ya sea mediante la compra de acciones en empresas o haciendo trading en distintos mercados, creo firmemente que el análisis del pasado puede ser un aliado más a la hora de tomar decisiones.
No pienso que la historia en sí pueda ser una señal de entrada en tu estrategia, pero sí quizás un elemento reflexivo a tener en cuenta a la hora de crear estrategias, comprar empresas o crear carteras de inversión.
La Tulipomanía es un episodio histórico fascinante y complejo que se produjo en los Países Bajos durante la década de 1630. Es considerado como uno de los primeros ejemplos de burbujas especulativas en la historia financiera, donde el valor de los bulbos de algunos tulipanes llegó a ser más valioso que el oro.
Como inversor, siempre me ha llamado la atención estudiar este episodio para comprender cómo y por qué se desató la especulación, y qué enseñanzas podemos extraer para aplicar en la inversión actual.
En este primer artículo vamos a viajar a la Holanda del siglo XVII en un intento de comprender y de sentar las bases para poder entender la Tulipomanía. Meditaremos sobre las distintas definiciones sobre el concepto “burbuja”, sobre los datos con los que vamos a poder trabajar para el estudio y sobre el contexto histórico de la Holanda del siglo XVII. Finalmente buscaremos fuentes contemporáneas a los hechos y acabaremos entendiendo la naturaleza básica del activo que estamos estudiando: el tulipán.
¿Merece este episodio la importancia que se le ha dado? ¿Estamos ante la primera burbuja financiera?

Tabla de contenidos
Sobre las Burbujas
Para poder entender la Tulipomanía tenemos que definir qué es una burbuja. Según Peter M. Garber las burbujas son elementos que se encuentran en la intersección entre las finanzas, la economía y la psicología. Momentos en los que aparece la irracionalidad, donde el optimismo autogenerado sobre el valor de algo dispara el precio de los activos hasta un punto insostenible. Inevitablemente se acaba produciendo un desplome de los precios (Garber, 1989).
Cabe destacar que normalmente se utiliza el concepto burbuja para explicar movimientos de precio inexplicables en base a los fundamentos. Si los fundamentos no concuerdan con el movimiento de precios estaríamos ante este tipo de momentos, donde es la psicología quien mueve el valor del activo en cuestión.
R.H. Inglis Palgrave definió las burbujas en 1926 (Dictionary of Political Economy) como “cualquier empresa poco sólida con un alto grado de especulación”. Se trata de un concepto vacío, pues, muchas empresas de ese estilo acaban teniendo éxito. Sólo aquellas que fracasaran se las consideraría burbuja (Palgrave, 1926).
Charles Poor Kindleberger, un historiador y economista, define la burbuja como un “movimiento de precios al alza durante un intervalo de tiempo prolongado que luego implosiona”. Volvemos a estar ante una definición muy simplista y mediante la cuál casi cualquier activo quedaría incluido en ella (Garber, 1989).
Por tanto, debemos quedarnos con una definición más precisa, para evitar incluir muchos otros casos dentro del concepto:
“Una burbuja financiera es cuando los precios de los activos suben demasiado rápido e irracionalmente debido a la especulación y el optimismo excesivo de los inversores. Es difícil predecirlas y pueden ser causadas por diferentes factores, como la psicología humana, la economía y las finanzas. La especulación excesiva y la falta de fundamentos sólidos son comunes en las burbujas financieras. Estas burbujas a menudo explotan, causando caídas en los precios de los activos y una crisis financiera. En resumen, las burbujas son patrones de comportamiento en el mercado difíciles de prevenir, pero se caracterizan por tener una euforia en el precio que no tiene fundamentos sólidos”.
Uno de los objetivos de esta serie de artículos es que puedas decidir si la Tulipomanía fue o no una burbuja, si realmente la subida de precios tenía sentido y si acabó siendo un problema para la economía holandesa.

Sobre los datos
Entender la Tulipomanía puede ser complicado debido a la escasez de datos disponibles. Sucedió en el siglo XVII y no contamos con una gran cantidad de información sobre los fundamentales del mercado en ese momento. Sin embargo, tenemos algunas series de datos de precios (las veremos en siguientes capítulos) durante la Tulipomanía, que nos ayudarán a tener una mejor comprensión de lo que sucedió.
Además, para profundizar en el entendimiento de la Tulipomanía, contamos con diferentes testimonios, historias y relatos que se dieron durante su punto más álgido. La combinación del contexto histórico, los relatos y los datos disponibles en forma de precios nos permitirán comprender mejor este capítulo de la historia.
Desgraciadamente, nuestra herramienta de descarga de datos limpios y de calidad Quantdle no se remonta al siglo XVII, sino podriamos backtestear alguna estrategia durante el boom de los tulipanes.
La Holanda del Siglo XVII
El siglo XVII fue un momento crucial en la historia de Holanda, marcado por la Guerra de los Treinta Años y una guerra paralela contra España. A pesar de las dificultades económicas y demográficas causadas por estos conflictos, la nación logró establecer monopolios comerciales en las Indias Orientales y Japón, fundar Nueva York, conquistar una parte de Brasil y controlar las islas holandesas del Caribe. La Compañía Holandesa de las Indias Occidentales también realizó una expedición exitosa que permitió a Holanda apoderarse de gran cantidad de oro y plata pertenecientes a España. Como resultado de estas acciones, Holanda logró imponer su poder económico a nivel internacional y superar a España como potencia dominante en Europa (Garber, 1989).
Este contexto histórico es fundamental para entender la famosa Tulipomanía. La riqueza generada por el comercio y la expansión económica permitió a la sociedad holandesa tener un mayor poder adquisitivo.
En este momento de surgimiento de la manía por los tulipanes, los comerciantes holandeses se convirtieron en los principales protagonistas de la “gloria” económica del país. Según el autor Mike Dash, estos comerciantes habían hecho grandes sumas de dinero a través de la compra y venta de bienes y sus ropas estaban confeccionadas con las mejores telas. Sin embargo, lo que les había permitido acumular enormes fortunas no era el grano, las especias, la madera o el pescado, sino los bulbos de tulipán.
El negocio de los tulipanes se convirtió en una industria en sí misma, con comerciantes especializados en la compra y venta de bulbos de esta flor. La popularidad de esta flor creció tanto que las personas estaban dispuestas a pagar grandes sumas de dinero por ella, lo que dio lugar a una especulación desmedida. La Tulipomanía se convirtió en un fenómeno económico único en la historia, y los comerciantes holandeses se beneficiaron enormemente de ella (Dash, 1999).
Y cómo Holanda estaba creciendo territorialmente, así lo hizo el comercio y su economía. Tanto la industria naval como la pesca, los textiles y las finanzas se impulsaron en esa época desde el pequeño país europeo. Consiguieron dominar el transporte de cereales, metales, sal… Además, su posición estratégica les permitía ser un lugar natural para ser sede mercantil de muchos principales productos básicos a nivel europeo.
A principios de ese mismo siglo nacieron los mercados de acciones, futuros (de materias primas) y opciones, siendo Ámsterdam el mercado dominante. Por tanto, en el momento de la Tulipomanía, Holanda era un país con mercados financieros innovadores y bien desarrollados, además de contar con una población de comerciantes exitosos (Garber, 1989).
En esa época las áreas más seguras de inversión eran las reguladas por las autoridades públicas y el comercio en el Mar Báltico (prácticamente monopolizado por los holandeses). Un poco más arriesgadas eran las inversiones en la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales y Orientales.

Visiones de la Tulipomanía
Existen varias teorías acerca de las causas que llevaron a la Tulipomanía, incluyendo el aumento de la demanda debido a la creciente riqueza de la clase media y el interés por las flores exóticas, así como la especulación y el juego. Algunos estudiosos sugieren que la Tulipomanía fue en realidad un fenómeno económico más amplio, relacionado con el crecimiento económico y la expansión del comercio en Europa en ese momento.
Algunos historiadores han destacado que la Tulipomanía es un ejemplo de cómo los deseos y las emociones humanas pueden influir en el mercado y en la economía en general. Otros han señalado que la Tulipomanía es un recordatorio de las consecuencias del exceso de especulación y la falta de regulación en los mercados financieros. En cualquier caso, la Tulipomanía es un episodio histórico que sigue siendo estudiado y debatido por economistas, historiadores y otros expertos.
Para estudiar el tema desde la raíz, el siglo XVII es un momento histórico en el cual existen textos disponibles y podemos contar con descripciones y testigos de lo qué ocurrió durante la Tulipomanía. ¡Ojo con esto! Un texto muchas veces tiene una intención escondida, de la misma forma que adornas tu Curriculum Vitae antes de enviarlo a aquella empresa a la cual quieres acceder. Por tanto, siempre tenemos que tratar los testigos, memorias y otros documentos con pinzas.
Desgraciadamente, tampoco se conservan tantos textos sobre el tema. La visión de Mackay en su obra “Memorias de extraordinarias ilusiones y de la locura de las multitudes“ de 1841, quien recogió distintos datos (sin aclarar fechas ni fuentes), es una de las más utilizadas para explicar este suceso.
Según Mackay los precios de los bulbos alcanzaron precios gigantescos, como el Semper Augustus, una variedad que llegó a valer 5.500 florines (33.000 dólares). Explica el autor un par de anécdotas, como la de un marinero que por error confundió un bulbo con una cebolla y se la comió, o la de un viajero inglés que hizo experimentos con el bulbo sin conocer su valor desorbitado (Mackay, 2011).

Afirma Mackay que fondos de capitales extranjeros entraron a formar parte de la especulación y que prácticamente personas de todas las clases liquidaron otros activos para sumarse al frenesí especulativo. De todas formas, no hay pruebas de ninguna fortuna extranjera durante la Tulipomanía. Su discurso termina narrando la caída de precios, pero sin justificar motivos ni aportando datos al respecto (Mackay, 2011).
Mackay es el autor más famoso para esta historia, pero sus anécdotas provienen tanto de Johann Beckmann (del cuál prácticamente plagió) y de Blainville (1743), una fuente mucho más cercana en tiempo al suceso, pese a que sus textos para nada están centrados en la Tulipomanía.
Otra fuente interesante son los panfletos sobre los precios de los bulbos. Cabe destacar los diálogos entre Gaergoedt y Waermondt. Eran más bien un ataque a la moral de los especuladores por parte de las autoridades, pero al menos nos proporcionan algo de información.
Más tarde tenemos la investigación llevada por Solms-Laubach (1899), los artículos de Van Damme (1899), los trabajos de Posthumus (1927, 1929, 1934) y las descripciones hechas por Krelage (1942, 1946) (Dash, 1999).
Entendiendo el Tulipán
Sé que quieres que empiece ya a explicar la especulación que hubo, pero te pido un poco de paciencia. Un apartado más y nos ponemos con el trading.
Para comprender completamente la especulación que hubo en torno a los tulipanes es esencial tener una comprensión detallada de la naturaleza de la planta y su ciclo reproductivo. Al igual que estudiaríamos los contratos bancarios para entender la crisis financiera del 2007, es importante comprender cómo el tulipán se reproduce y cómo puede ser afectado por enfermedades.
El tulipán es una flor de bulbo que se puede propagar mediante semillas o yemas del bulbo madre. Aunque el método de semillas es más común, es también mucho más lento, pudiendo tardar varios años en producir flores. En cambio, el método de yemas del bulbo madre es mucho más rápido, permitiendo un crecimiento anual de la flor.
Una enfermedad común en los tulipanes es el virus del mosaico, que produce patrones notables en las flores conocidos como “ruptura”. Los síntomas incluyen manchas en las hojas, hojas estriadas o arrugadas, y flores pequeñas o deformadas. El virus se transmite a través de insectos como pulgones y áfidos, o a través de herramientas o materiales de jardinería contaminados. Estos patrones no pueden reproducirse a través de semillas, y sólo se pueden cultivar a través de yemas en nuevos bulbos. Además de crear patrones hermosos en las flores, el virus del mosaico también puede debilitar el bulbo y reducir su tasa de reproducción (Dash, 1999).
Durante la Tulipomanía, los elevados precios de mercado de los tulipanes correspondían a bulbos rotos especialmente bellos. Estos tulipanes eran muy valorados y buscados por los compradores, lo que llevó supuestamente a una especulación desmedida en torno a ellos.

Listos para el mercado
Ahora ya sabes lo suficiente cómo para que nos enfoquemos en lo que nos interesa, ¡el mercado! En el siguiente capítulo nos centraremos en que ocurrió en las fechas clave de la subida de precios y podremos ver gráficos de precio sobre los distintos tulipanes.
¡Nos vemos!
Bibliografía
Dash, Mike. Tulipomania: The Story of the World’s Most Coveted Flower and the Extraordinary Passions it Aroused. Three Rivers Press, 1999.
Garber, P. M. (1989). Famous first bubbles. Journal of Political Economy, 97(3), 535-560.
Mackay, Charles. (2011) Extraordinary Popular Delusions and the Madness of Crowds. Kindle Edition, CreateSpace Independent Publishing Platform.
Palgrave, R. H. Inglis. (1926). A Dictionary of Political Economy. London: Macmillan and Co., Ltd.